La autoestima es un tema muy presente en redes sociales y desarrollo personal, pero también es uno de los conceptos más malinterpretados. En este artículo aclaramos qué es y qué no es la autoestima y te damos estrategias concretas para fortalecerla de forma realista.
La autoestima está en boca de todos. Se habla de ella en redes sociales, en libros de autoayuda y en talleres de desarrollo personal. Pero también es uno de los conceptos más confusos y malinterpretados.
Algunos la equiparan con el ego, otros con un estado de felicidad constante y otros creen que basta con repetirse frases bonitas frente al espejo.
Hoy vamos a aclarar qué es realmente la autoestima, qué señales indican que está baja y qué puedes hacer para fortalecerla de forma realista y psicológicamente sana.
Qué es la autoestima (y qué no)
La autoestima es la valoración que haces de ti mismo.
No es solo una sensación difusa, sino un conjunto de percepciones, pensamientos y emociones sobre tus capacidades, logros y valor personal.
En resumen: cómo te miras y cómo te hablas.
Qué es la autoestima
- Reconocer tus cualidades y limitaciones sin que unas ni otras definan todo tu valor.
- Sentirte digno de respeto y afecto, incluso cuando cometes errores.
- Creer que puedes afrontar retos, aunque no siempre tengas éxito.
Qué No es la autoestima:
- Sentirse bien todo el tiempo.
- Ignorar tus debilidades o fingir que no existen.
- Arrogancia o pensar que eres mejor que los demás.
- Repetir afirmaciones vacías esperando que todo cambie mágicamente.
Mitos comunes sobre la autoestima
- Tener autoestima alta no significa ser arrogante.
- No se trata de gustarte todo de ti, sino de aceptarte con lo bueno y lo mejorable.
- No se construye solo con afirmaciones positivas.
Señales de una autoestima baja
Todos tenemos días buenos y malos. Pero cuando la visión negativa de ti mismo se vuelve la norma, puede tratarse de una autoestima debilitada.
Algunas señales típicas son:
- Autocrítica constante, incluso por pequeños errores.
- Sensación de no merecer cosas buenas (afecto, reconocimiento, éxito).
- Compararte de forma desfavorable con los demás.
- Dificultad para decir no, por miedo a perder la aprobación de los otros.
- Evitar retos por miedo a fallar y confirmar tus peores creencias sobre ti.
- Incapacidad para reconocer tus logros o celebrarlos.
Si te reconoces en varias de estas, es probable que tu autoestima necesite cuidados.
Qué hacer si tienes la autoestima baja
Antes que nada, entiende esto: tener una autoestima baja no significa que “tengas algo mal” contigo. Significa que, por experiencias pasadas, aprendizajes familiares o situaciones difíciles, has interiorizado una narrativa injusta sobre ti mismo.
Y esa narrativa puede reescribirse.
Si ahora mismo te cuesta verte con amabilidad, aquí tienes algunos primeros pasos:
- Acepta que no siempre tienes que gustarte para valorarte. Puedes no estar satisfecho con algunas partes de ti y, aún así, tratarte con respeto.
- Identifica de dónde viene tu crítica interna. Pregúntate: ¿esas voces son tuyas o las heredaste de alguien (padres, profesores, parejas)? Cuanto más claro lo tengas, más fácil es ponerlas en su sitio.
- Deja de esperar a ser “perfecto” para sentirte digno. La perfección no existe y, cuanto antes lo asumas, más espacio tendrás para crecer de verdad.
- Habla contigo como hablarías a un buen amigo. Si no le dirías a un amigo “eres un desastre” después de equivocarse, ¿por qué sí te lo dices a ti?
Cómo fortalecer la autoestima de forma realista
La autoestima no se construye en una tarde ni con un post motivacional. Es un proceso que requiere paciencia y constancia.
Aquí algunas estrategias que funcionan:
- Haz un inventario honesto de tus fortalezas. No tienen que ser extraordinarias. Puede ser tu sentido del humor, tu capacidad de escucha, tu constancia. Escríbelas.
- Rodéate de personas que te valoren. La autoestima no se forja solo dentro de ti; también se nutre de las relaciones que eliges.
- Actúa de acuerdo a tus valores. Cuando vives de forma coherente con lo que consideras importante, te sientes más íntegro y digno.
- Celebra tus avances, no solo los grandes logros. Cada pequeño paso cuenta. Esperar a “ser perfecto” para reconocerte solo aumenta la frustración.
- Aprende a recibir. Cuando alguien te felicite o te valore, no lo minimices con un “bah, no es nada”. Acepta el reconocimiento y date permiso para sentir orgullo.
Cuándo buscar ayuda
Si sientes que tu autodiálogo es constantemente negativo, o que te cuesta reconocer tu valor, la terapia psicológica puede ayudarte a reconstruir una autoestima sólida y compasiva.
¿Quieres fortalecer tu autoestima con apoyo profesional? Agenda tu primera sesión y empezamos juntos.